Potingueras por el mundo: abre los ojos

Hola a todos!

Os traigo un nuevo número de "Potingueras por el mundo", ya sabéis: un repaso a los desvaríos potinguiles de este mundo y más allá.

Si en el anterior capítulo veíamos cómo las japonesas se afeitan el jepeto con cuchilla de barbero, hoy no nos movemos de continente: seguimos descubriendo los truquillos de belleza orientales.

Lo que toooodos tenemos en común, seamos de donde seamos, es querer lo que no tenemos: pelo rizado si lo tenemos liso, liso si lo tenemos rizado, casa con valla blanca, piscina en el jardín, un chihuahua, una plaza de funcionario, etc. Lo mismo le pasa a las orientales... con los ojos. Si nosotras recurrimos al maquillaje para almendrar el ojo, las japonesas suspiran por los ojos a lo occidental. Y ya no sólo porque sea más redondito y grande sino porque tenga párpado.

Sauron: "Este post me interesa. A propósito ¿tenéis colirio a mano?".

Es decir, pasar de esto...:

... a esto:

Según he leído en algunos foros (aquí) en algunos casos, con la edad, sus ojos cambian solos y pasan a tener el párpado como el nuestro.


Algunas se atreven a operarse. Les quitarán las bolsas y se las pegarán en el párpado, yo qué sé.

"¿Alguien sabe qué pasa conmigo en la siguiente escena? No viene en mi guión..."

Y os preguntaréis que qué harán para lograrlo sin recurrir a medios drásticos. Eso mismo se preguntaban ellas, así que reunieron a las mentes más prodigiosas que ha visto este mundo en materia de chapa y pintura:

Manolo y Benito: "Rapidito, que tengo la furgoneta en doble fila".

McGiver: "Genial! Llevaba en el paro desde los '80".

El de Bricomanía: "Entretenedme lo que queráis, así me libro del f****flores jardinero".

El del taller. Este sí que sabe.

Y así se inventó un pegamento y unas pegatinas especiales que venden, por ejemplo, en www.buyincoins.com (un chino online). ¿Y cómo lo usan?

Se marcan con un palito dónde les gustaría el pliegue del párpado, se pegan ahí el celo de dos caras y tan monas.

El pegamento va parecido. Se echan una rayita/pegote y se pegan la chicha de arriba. La verdad da el pego, aunque dicen que después maquillar los ojos es complicado, ya que la sombra se queda a pegotes sobre los restos de pegamento. Vaya potaje. De marcar la cuenca con sombra más oscura no hablamos, ¿no?


Si además se añade un poco de maquillaje, pestañas postizas y demás, tenemos esto:

"Pol favol: pintalme el otlo lado, no quielo salil así a la calle".

Aquí podéis ver la transformación:

Claro que como no hay nada mejor que lo natural, estos japos han dado una vuelta de tuerca al asunto y le han sacado otra utilidad a las pinzas de toda la vida:

"Te legalamos un peluche pol si te sacas el ojo. Pala consolalte".

Cada día cinco minutos se pellizcan el chichi la chicha del párpado con la pinza y después se meten el pellizco para dentro.

¿Qué os parece?
Con lo guapas que son, ¿¿de dónde les viene esta tontería??


Sauron: "Virgencita, virgencita, que me quede como estoy".


¡Besos marujiles!