Hace unos días un post de Gadi (aquí) hablaba del desmaquillado, en concreto de los útiles que utilizaba cada día. Al no coincidir con ella me he animado a haceros un post específico sobre cómo me desmaquillo. Si estáis esperando un listado cuasi infinito de productos y cacharritos siento decepcionaros... Eso sí: soy adepta a la doble limpieza japonesa, intentando desmaquillarme con productos lo más naturales posible. Allá vamos.
Mi rutina de desmaquillado se ajusta al ritual de la doble limpieza japonesa. Las niponas al lavarse se basan en un principio químico y es que los aceites son oleosolubles. En vista de que las bases de maquillaje en crema, líquidas,... se basan en aceites, el desmaquillado "nipón way" se hace con aceite, para después lavar la piel con un limpiador específico.
Primer paso: aceite
Las principales casas cosméticas han sacado aceites de desmaquillado en los últimos tiempos. Sin embargo, yo no uso este tipo de aceite, sino manteca de coco (link aquí) o aceite de oliva, lo que pillo.
En invierno (al menos por estas latitudes) el aceite de coco es sólido, por lo que es necesario derretirlo (el calor de las manos es suficiente) antes de extenderlo realizando un suave masaje en el rostro. Hace un tiempo os comenté aquí este y otros usos del aceite de coco, ¡me tiene enamorada!
En invierno (al menos por estas latitudes) el aceite de coco es sólido, por lo que es necesario derretirlo (el calor de las manos es suficiente) antes de extenderlo realizando un suave masaje en el rostro. Hace un tiempo os comenté aquí este y otros usos del aceite de coco, ¡me tiene enamorada!
Los aceites son capaces de eliminar la máscara de pestañas y el eyeliner más resistente. Basta depositar una cantidad generosa sobre las pestañas y masajearlas despacito. No es necesario (es más: no se debe) frotar y mucho menos tirar de las pestañas. Tras unos segundos notaréis que el producto se desprende, dejando unas pestañas limpias y nutridas. De hecho, este método las refuerza, disminuyendo su caída (lo tengo más que comprobado :D).
Si un aceite determinado os resulta demasiado pesado para vuestro tipo de piel, probad con otro tipo o haced mezclas entre ellos. ¡Pero nunca uséis aceite tipo Johnson! No es más que parafina líquida (¡puaj!).
Hace unas semanas me dieron en Sephora una muestra de su desmaquillante bifásico. Como es de bien nacidos ser agradecidos, estuve usándolo unos días. Lo agitaba, impregnaba con él dos discos de algodón, los ponía en contacto con los párpados y sí, desmaquillaba las pestañas... Pero no del todo. Así que es la new entry del mes en el triste cajón de potis olvidados... No hace falta decirlo: me quedo con el aceite vegetal.
Segundo paso: limpiar el rostro
Como segundo paso uso un limpiador específico para la cara y para nuestro tipo de piel.
Hay quien no se anima con la doble limpieza japonesa porque le aterra la idea de untarse aceite en la cara. El limpiador está para eso, para eliminar el exceso de aceite (que por otra parte está sucio de maquillaje) y limpiar la cara (de ahí el nombre).
Hay quien no se anima con la doble limpieza japonesa porque le aterra la idea de untarse aceite en la cara. El limpiador está para eso, para eliminar el exceso de aceite (que por otra parte está sucio de maquillaje) y limpiar la cara (de ahí el nombre).
Como limpiadores he usado pastillas de jabón natural hecho en casa (ver tutorial aquí y aquí), el limpiador de Desert Essence (link aquí) o mi favorito, el de Nutribiotics para pieles sensibles (link aquí).
Insisto: no tengáis miedo de usar este método si tenéis piel grasa. La mía es mixta (más normal en invierno, más grasa en verano, pero siempre amenazada por acné hormonal y dermatitis/eccemas que salen por estrés unas veces y porque sí la mayoría de veces). Considero que buena parte del mérito manteniendo a raya estos problemillas se debe a este tipo de limpieza. A veces los productos específicos para estas afecciones no hacen sino resecar la piel, por lo que entramos en un ciclo vicioso donde la pobrecilla se protege produciendo más sebo o se descama. El aceite antes del limpiador logra contrarrestar la agresividad de éste. El resultado: una piel limpia y jugosa.
De vez en cuando uso una esponja Konjac (link aquí). Me encanta el suave masaje que realiza, la ligera exfoliación que hace, no agresiva, perfecta para todos los días. Otras veces, paso un paño de microfibra humedecido, descubrimiento al que le dediqué un post.
Últimos pasos
Seco el rostro a toquecitos (¡nada de frotar!) con una toalla limpia. Procurad cambiar la toalla a menudo o usar una específica para la cara.
El uso de jabones (sobre todo los que son en pastilla) lleva a la piel a un pH básico. Para reestablecer el pH natural de la piel es importante tonificar. Evitad los tónicos con alcohol, que resecan la piel. Una buena opción son los hidrolatos, ahora mismo estoy usando el tónico de agua de rosas de MNS (aquí). Mi favorito es el de Thayers de rosa y hamamelis. Contiene glicerina, lo que ayuda a evitar la tirantez que a veces se tiene en el rostro tras la limpieza (link aquí).
Último paso: hidratar. Por la noche uso una mezcla de aceites vegetales (ahora mismo estoy usando aceite de albaricoque, link aquí), aceites esenciales (en concreto aceite de árbol de té, aquí) y aloe vera. Y últimamente, la crema de noche de MNS, de la que ya os hablé. Es una maravilla, pero toda una lástima que no tengan distribuidor en España...
Un ritual largo de contar pero que en la práctica no lleva más de cinco minutos. Además, forma parte de ese relax que todos buscamos al llegar a casa o antes de meternos en la cama. Cinco minutos dedicados a una misma.
Y vosotras, ¿cómo os desmaquilláis?
¿También sois adeptas a la doble limpieza? ¿Qué aceites usáis?
¿También sois adeptas a la doble limpieza? ¿Qué aceites usáis?
¡Un beso a todos y gracias por vuestra compañía!
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