Hace un par de semanas la OCU publicó los resultados de un estudio que han hecho para ver cuál es la mejor crema hidratante. La ganadora cuesta menos de tres euros y ha sido una de Lidl, de la marca Cien: la Aqua Moisturizing cream. No me sorprende. ¿No os suena todo esto a aquel estudio que hizo también la OCU para elegir la mejor crema antiarrugas? Efectivamente este estudio y aquel tienen mucho en común: una dudosa selección de las cremas a comparar, unos criterios de puntuación cuestionables y un primer puesto ocupado por una criatura de Lidl.
¿Con qué criterios se han elegido las 17 cremas hidratantes participantes del estudio? ¿Por qué entre ellas no hay ninguna de cosmética natural? ¿Habrá detrás de ello algún tipo de interés económico? Son preguntas que ya me hice en su momento con el estudio de cremas antiarrugas y esta vez la OCU nos vuelve a querer marcar un gol.
Cada una de esas 17 cremas recibió una puntuación. El 65% de la nota se debe a la eficacia hidratante de la crema, la valoración subjetiva de las usuarias pesó un 25% y, finalmente, el 10% se vinculó al etiquetado de la crema.
La eficacia hidratante de las cremas
Las muestras de crema se dieron a probar a modo de test ciego en 30 mujeres, quienes se las aplicaron dos veces al día en el antebrazo. La medición de la hidratación se hizo en laboratorio con la ayuda de un corneómetro. Esta operación se hizo antes de usar las cremas y tras 4 semanas de uso.
Me parece bien que se hagan mediciones tras las cuatro semanas de uso, periodo que cubre el ciclo de renovación de la piel. Pero, ¿por qué medir la reacción en el antebrazo de una crema destinada para la piel de la cara? Las necesidades de hidratación de cara y cuerpo para nada suelen serlas mismas. Para la OCU, sí.
La experiencia de uso de las cremas
Este punto y el siguiente, junto con el misterioso proceso de selección de las cremas, es lo que según mi opinión echa al traste el estudio. Las 30 mujeres dieron su opinión subjetiva sobre la textura, olor, eficacia percibida de la crema... Para mí el problema no está en que se tengan en cuenta las opiniones subjetivas de las mujeres. Al fin y al cabo, la experiencia de uso es importante y de alguna manera debe ser valorada.
Lo que no está bien es que según el estudio da igual aplicar una crema facial en la cara, en el antebrazo o en el pie. Y tampoco está bien que se considere que todas las pieles pueden valorar de la misma manera una misma crema hidratante. La reacción ante una crema no es la misma en una piel seca que en una grasa y no por eso la crema es mejor ni peor. Simplemente no es la adecuada para dicha piel y persona.
Esta parte de la nota, sencillamente, hace aguas.
El etiquetado de las cremas
La OCU verificó que el etiquetado cumplía la legislación y que no hicieran alegatos vacíos de contenido o que no se cumplen (qué menos). Hasta ahí, ok. También decidió penalizar aquellas fórmulas con determinados ingredientes dañinos, como ciertos parabenos, methylisothiazolinona o ciertas fragancias. Y es este punto el que a mi parecer queda en entredicho en el estudio.
Lo primero porque no se publican datos sobre de qué manera van a puntuar negativamente la presencia de determinados ingredientes. Y lo segundo porque si nos acogemos al criterio de "ingredientes dañinos en la fórmula" para penalizar negativamente, no se salvaría ni una sola de las seleccionadas por la OCU. Por ejemplo, la OCU no está penalizando la presencia de phenoxyethanol (prohibido en Japón), ni a las cremas llenas de siliconas e ingredientes sintéticos pero vacías de activos cosméticos, etc.
Para eso, para valorar las fórmulas cosméticas, existen los certificados de cosmética natural. Pero claro, ¡cómo iba a aplicarlos la OCU en este estudio si ninguna de las cremas analizadas entran dentro de esos cánones!
Y con esta reflexión volvemos al principio del post: ¿con qué criterios se han seleccionado las cremas participantes en el estudio? ¿Acaso dichos criterios se cuentan en euros?
Con esto no quiero decir que lo barato sea malo y lo caro sea lo bueno. Esto no tiene por qué ser así, hay productos de supermercado muy válidos o que al menos lo son "a groso modo", ya sea desde el punto de vista del INCI como del uso. Hace un tiempo os hice un post sobre productos cosméticos aceptables de Lidl y la crema hidratante ganadora del estudio, la Aqua Moisturizer... no está entre ellos. Queda pendiente hacer un repaso de su INCI, pero ya os lo adelanto: no perdáis tiempo buscándola y dinero (aunque sólo sean 3 euros) comprándola. No merece la pena.
¡Un beso a todos y gracias por leerme!