Reflexiones blogueras: el contexto de los lectores.

Ayer cometí un error garrafal en Facebook. No tuve en cuenta el contexto de los lectores. Mea culpa. Menos mal que me di cuenta pronto... Me voy a confesar con vosotros.

Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir.

Hace ya unos dos o tres meses que no veo la televisión. La tengo desenchufada. Realmente ha supuesto un cambio, ya que el ocio ahora es de más calidad.

He pensado incluso en vender el aparato. Es más, fui a Mediamarkt y he consultado el Segundamano para ver a qué precios se puede vender. Pero como la tele la compré para la segunda casa en la que estuve de alquiler (¡¿hace ya siete años?!) ahora vale en el mercado cuatro duros. No merece la pena venderla, así que ahí está, cogiendo polvo.

Ayer me metí en Facebook y vi una noticia súper interesante en el muro:

Fuente

Inmediatamente la compartí. ¡Viva el aceite de cocina reciclado! Te vale tanto para hacer jabón casero como para hacer volar aviones. Tras publicar la noticia pensé que podía ser un scam, una noticia falsa. Realmente es tan increíble que bien podía ser una broma. Así que fui a la fuente de la noticia para ver si era o no cierta. Y sí lo era.

Pero también lo era que acababa de estrellarse un avión que cubría la ruta Barcelona-Düsseldorf. Que habían muerto decenas de personas. Que España entera tenía el corazón encogido.

Y yo no lo sabía. No me había enterado, como tampoco me enteré de las elecciones andaluzas o de la masacre de Charlie.

Inmediatamente retiré la publicación en Facebook. Ese avión chino volaría con aceite, con aire o con lo que sea. Pero ese otro avión no logró remontar el vuelo. Y el porqué, desgraciadamente, ya da igual. No era el momento de hablar de aviones.

Facebook es una herramienta maravillosa para compartir noticias, pensamientos, fotos,... Pero todo lo que se comparte se hace en un contexto. Ayer no era el contexto adecuado para compartir esa noticia. No era el contexto de la alegría y del asombro, sino el de la conmoción.

Como bloguera tengo un medio desde el que hablo, intentando conjugar aquello de lo que me gustaría hablar con aquello de lo que los lectores quieren que hable. Pero en ambos casos, los receptores son lectores con un contexto. Yo no puedo elaborar ningún mensaje (ya sea este post, sea otro de cosmética casera, de recetas o de lo que sea) sin tener un mínimo conocimiento de quiénes son mis lectores y cuál es el contexto en el que viven. Qué les preocupa. En qué están pensando. De qué hablan. Y eso, mal que me pese, me lo proporcionan sí, vuestros comentarios, mensajes, las estadísticas del blog,... Pero sobre todo me lo proporcionan, mal que me pese, los grandes medios de comunicación.

Esta noche me desperté a las cinco, tenía que ir al baño. No me pude volver a dormir, y mira que me acosté a las dos... Calenté un buen puchero de té, calenté pan, me hice una barrita con tomate, me duché, recogí la ropa del tendedero, leí el periódico online y a eso de las 6.30 encendí la televisión y vi el telediario. Y pienso seguir haciéndolo.

Menos mal que no vendí la televisión.

¡Un beso bien fuerte a todos!