La miel se usa como ingrediente en cremas y mascarillas, no sólo en las hechas en casa sino también en las compradas. Se le reconocen propiedades nutritivas y antioxidantes. Además, a menudo se dice que se trata de un antibiótico natural, útil ingerida o en su uso tópico para tratar afecciones en la piel. Pero, ¿cómo logra la miel ese pequeño milagro? ¿Por qué la miel es buena para la piel? En este post hablaré de los secretos escondidos dentro de ese tarro que todos tenemos en la cocina.
Una pintura rupestre valenciana desveló que la miel ya se cultivaba hace 8000 años. La primera vez que se nombró por sus propiedades terapéuticas fue en una tabla sumeria del 2100-2000 aC e incluso Aristóteles (384-322 aC) habló de su utilidad en heridas y ojos irritados. Hoy en día, cuando los antibióticos se quedan rápidamente desfasados ante microorganismos patógenos cada vez más resistentes, surge una ¿nueva? disciplina: la apiterapia. Y no os lo perdáis: la universidad neozelandesa de Waikato tiene una unidad de investigación especialmente dedicada a la miel (aquí). Vaya, parece que la cosa va en serio...
Pinturas rupestres en la Cueva de la Araña
La miel es efectiva contra Staphylococcus aureus y Helicobacter pylori en laboratorio, lo que abre la veda a su uso tratando úlceras de estómago (las causadas por H. pylori ahora se tratan con un cocktail de antibióticos que suelen dejarte más pallá que pacá... eso si te curan la úlcera). De hecho, la miel de Manuka (y ahora veremos por qué no es igual a la miel "normal") le gana la batalla a la Escherichia coli, Enterobacter aerogenes, Salmonella typhimurium, Staphylococcus aureus,... incluso cuando son resistentes a antibióticos como por ejemplo la methicillina.
En la piel es útil en llagas (incluso las de personas encamadas), en el tratamiento del acné, en heridas y quemaduras, incluso en las infectadas.
Impresionante, ¿verdad? ¿Y cómo consigue la miel hacer eso?
Un poquito de química
La miel contiene azúcares (fructosa, glucosa, maltosa, sucrosa), vitaminas (B6, niacina, thiamina, riboflavina, ácido pantotéico), minerales (cobre, hierro, magnesio, potasio, zinc, calcio, fósforo), ácidos (ácido glucónico, que es un AHA suave, 18 de los 20 aminoácidos que hay, aunque en muy pequeñas cantidades) y enzimas (como la glucosa oxidasa).
La glucosa oxidasa es una enzima sintetizada por las abejas y, debido a la acidez de la miel (pH promedio de 3.9), se mantiene "hibernando", quietecita, agazapada, hasta que se dan las condiciones adecuadas, que son: humedad (H2O), oxígeno (O2) y un pH más elevado... condiciones que se verifican cuando la miel entra en contacto con la piel.
En ese momento, se activa la enzima glucosa oxidasa, que actúa de catalizador de la reacción química por la que la glucosa se convierte en ácido glucónico y en H2O2.
¿Y qué es ese H2O2? Peróxido de hidrógeno, más conocido como agua oxigenada. De ahí que se diga que también aclara la piel y el cabello (cosa que aclararé en otro post, nunca mejor dicho).
Según el origen de la miel, ésta tiene mayor o menor capacidad terapéutica. Y como todo, las mejores mieles son aquellas sin procesar, las más "naturales". Pero cuidado: la generación de H2O2 de la miel se ve disminuida si la calentamos o ante la presencia de luz o catalasa (enzima que transforma el H2O2 en oxígeno y agua y que se encuentra o no en el polen de las flores, según su variedad).
La miel contiene otros activos con actividad antibiótica, pero si la miel es un antibiótico natural es fundamentalmente por su capacidad de generar H2O2.
Caso aparte es la miel de Manuka (que últimamente está viviendo un revival a pesar de su elevado precio), que no produce peróxido de hidrógeno y que sin embargo sí tiene una potente actividad antibiótica, relacionada con su bajo pH (acidez) y su alto contenido en azúcar (alta osmolaridad), que logran frenar el crecimiento de los microbios. Los investigadores siguen estudiando cómo es posible que logre esto.
He echado un vistazo a la miel de Manuka en iHerb: en torno a 15 euros el bote de 250 gramos. La miel de Manuka es la que se produce cuando las abejas "pastan" entre las flores de un árbol de Nueva Zelanda, el Leptospermun Scoparium. A este árbol se le conoce como árbol de té lo mismo que al Malaleuca Alternifolia de Australia, ya que el capitán Cook cogía hojas de estos árboles para hacerse infusiones (echando de menos el té inglés lo mismo le valía esto que orégano). Pero ojo: del primero se obtiene la miel de Manuka, mientras que del segundo se obtiene el preciado aceite del árbol de té.
En resumen y volviendo al tema, gracias a la reacción química que os he comentado, la miel en la piel actúa como antiséptico, promueve el crecimiento de tejido nuevo acelerando la curación de heridas y además estimula la producción de colágeno, incrementando la elasticidad de la piel. Gracias a su contenido en ácido glucónico, es un ligero exfoliante, y logra hidratar piel y cabello, suavizando y calmando irritaciones e inflamaciones. Mano de santo.
Recomendaciones
Lo que más me ha llamado la atención es que la miel pierde propiedades antibióticas al calentarse, lo que me hace cuestionar el clásico remedio de la abuela ante el dolor de garganta (miel y limón calentito). De todos modos, a mí siempre me ha ayudado mucho a aliviar el dolor y la tos. Y está muy rico.
Sin embargo, me tomo más en serio esta apreciación cuando de lo que hablamos es de cosméticos. Queremos beneficiarnos de la miel, de todas sus propiedades. Por tanto, no hay que calentarla. Y esto implica que en la elaboración de cremas siempre se añadirá en la fase 3, la llamada "de enriquecimiento", que va en frío. Si lo que nos interesa son simplemente sus propiedades hidratantes, podemos añadirla en la fase 1, aprovechando que es soluble en agua (más información sobre la elaboración de cremas faciales en casa aquí). En las tiendas de ingredientes cosméticos (ver aquí y aquí) se puede encontrar miel en polvo, que no es más que miel deshidratada, pero ni mejor ni peor que la que tenemos en la cocina.
De todos modos, la mejor forma de hacer uso de la miel es directamente sobre la piel. Mezclada, por ejemplo, con azúcar moreno, es un excelente exfoliante (recordemos que contiene ácido glucónico, un alfahidroxiácido), que además deja la piel jugosa e hidratada. No sólo lo uso en la cara y cuerpo, sino también como paso al hacerme la manicura (aquí).
Ahí lo veis, en el paso 4 exfolio con miel y azúcar.
Se puede, incluso, hacer cera depilatoria casera usando miel (aquí) o incluso tiras limpia-poros (aquí). Y como mascarilla es fabulosa, ya sea sola o mezclada con otros ingredientes: ¡las alternativas son casi infinitas!
Contadme: ¿la miel ya forma parte de vuestro tocador?
¡Besos a todos!
Más información sobre la miel, sus usos terapéuticos y demás cosas interesantes:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3609166/
http://sci.waikato.ac.nz/about-us/school-of-science/biological-sciences/our-research
http://www.mielmanuka.es/manual-miel-manuka.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Leptospermum_scoparium
http://es.wikipedia.org/wiki/Melaleuca_alternifolia
La miel es de los mejores alimentos que existen en cuanto a propiedades curativas.
ResponderEliminarAntes la usaba mucho, ahora ya no (demasiado dulce para mi body, babe), pero la echo de menos.
Besos!
Gracias por el post. Adoro la miel, aunque la uso para la garganta. Mi tío tiene abejas y estoy acostumbrada a la miel "de verdad"...
ResponderEliminarA mi tambien me va genial para la garganta aunque ahora seguro que tambien la pruebo en la piel. Besos
ResponderEliminarQue bun post! ! Yo la uso como exfoliante labial mezclada con azúcar moreno. ..esta de rechupete!!
ResponderEliminarLa verdad es que solo la tomo con leche cuando tengo gripe, y no le he dado ningún uso mas. Me da un poco de grimilla que sea tan pegajosa y no me gusta ni tocarla jajaja.
ResponderEliminarBesos
Me ha encantado el post. Si la miel tiene propiedades antibióticas, el propóleo ni te cuento: yo tengo aquí conocidas que directamente les dan a sus hijos cuando andan rondando algo y me juran y perjuran que rara vez necesitan llegar al antibiótico.
ResponderEliminarPrecisamente ayer hice un bizcocho con plátano y miel...tras leerte me ha quedado claro qué voy a desayunar, aunque para el potingueo necesito el fin de semana, pero ahí tengo la miel preparadita jajaja
BESOS!
Pues sí que la tomo y la he usado diluida en agua para agua de enjuagado en la ducha. Puede sonar a frikismo puro y duro pero es como dices, hidrata sin dejar sensación pegajosa.
ResponderEliminarUn besote.
La miel es estupenda, las gargaras con limón, agua y miel varias veces al día ayudan con las afonias una barbaridad (y está rico).
ResponderEliminarAdemás, será un pecado, pero una buena miel sobre una tostada de pan es de lo mejor del universo. Razón de más para salvar a las abejitas.
Besotes
Pues en casa no somos grandes aficionados a la miel, pero últimamente me está gustando más y en la próxima visita a la compra va al carrito :) aunque a poder ser, intentaré comprarla ecológica! ¡Un beso!
ResponderEliminarOlé esa maravillosa química !
ResponderEliminarA ver si tengo más tiempo para leerte unas cuantas cositas muy interesantes que que he divisado por aqui.
Te tenía perdida, menos mal apareciste.
un abrazo !
Nuria
Se me olvidó ... siempre les digo a mis hijos que la miel es una medicina fantástica, garantizado.
ResponderEliminarTodos los dias tomo 4 cucharaditas en mi infusión, vaya a donde vaya viajo con miel.
Besitos
Nuria
Miel+caolín+cúrcuma. Acabas pareciendo un simpson pero va genial para exfoliar y aclarar el cutis.
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