Hoy quiero compartir con vosotros mi truco para abrir botes de cristal con tapa metálica (por ejemplo los de mahonesa o mermelada).
Se me ocurrió hace años, dando clases particulares de física a un niño. El metal dilata a menor temperatura que el cristal. Dicho de otra manera: con el calor se dilata más el metal (la tapa) que el cristal.
Pongo el bote bajo el grifo de agua caliente, con cuidado de no quemarme. Bastan unos segundos.
La tapa se dilata más que el cristal y, así, es fácil abrir el bote.