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Cómo hacer aceite y manteca de coco casero. ¡Sólo dos ingredientes!

09 julio 2015

Por fin aparezco por aquí: ¡ya era hora! Y lo hago con un nuevo vídeo que acabo de subir al canal de Youtube ¡¡¡bieeeeeeennnn!!! Ha sido un suplicio, creo que lo habré subido tres veces, pero como dicen: a la tercera va la vencida. Se trata del tutorial de la receta para hacer manteca y aceite de coco casero, algo que ya os había contado en el blog hace unos dos años, pero del que no había grabado aún el paso a paso. ¡Allá va! Una recetilla perfecta para esta temporada de playa, sol y piscina, que deja el pelo estropajoso. Al menos el mío :(




Como pongo en el título del vídeo, hacer aceite o manteca de coco en casa es fácil y está al alcance de cualquiera, ya que sólo hacen falta dos ingredientes... y uno es el agua :D

El otro es la ralladura de coco, que podréis encontrar en los supermercados e hipermercados en la sección de ingredientes para dulces o incluso donde están los frutos secos. También se la conoce como harina de coco y es muy barata.




En realidad, la manteca y el aceite de coco son lo mismo. Lo que pasa es que el aceite solidifica en torno a los 25 grados, convirtiéndose en una manteca. De ahí que en verano sea líquido a temperatura ambiente y en invierno al revés (al menos en estas latitudes).

No he querido complicar la receta con conservantes y antioxidantes: si hacéis poca cantidad y la gastáis en pocos días no le daréis tiempo a que se ponga malo. De todos modos, si conserváis la manteca o aceite de coco casero en la nevera os aguantará un poquito más antes de que se ponga rancio. Fuera de la nevera aguanta unos cinco días, dentro unos diez. De todos modos os daríais cuenta por el olor. Lo mejor es hacer poca cantidad e ir haciendo más a medida que necesitéis: total, ¡no se tarda nada!



Como os comentaba en aquel post antiguo con el paso a paso de cómo hacer manteca de coco, con la ralladura sobrante podéis haceros un exfoliante y con el agua de coco un flusflus (spray) refrescante, hidratante,... ¡y con un olor rico-rico!

Si hacéis la manteca de coco con agua normal (no destilada) podéis consumirla como alimento incorporándola, por ejemplo, a vuestros dulces, sustituyendo la mantequilla de la tostada mañanera,... Y el agua podéis bebérosla (rica en minerales... y en grasa, yo aviso) o echarla en los batidos. Les da un toquecillo a playa y chiringuito delicioso.




¡Ah! Recordad: el truco para que salga la receta es estrujar bien la ralladura de coco, como veis en el vídeo. La grasa (la manteca o aceite, vamos) es como si estuviera "agarrada" a la ralladura. Comprimid como si no hubiera un mañana y os aseguro que la manteca sale ;)

Sobre los usos del aceite de coco he hablado bastante (por ejemplo cuando hablé del aceite de coco Spectrum), aunque nunca es poco, porque tiene mil y un usos:

Como bálsamo labial
♥ Para mascarillas prelavado nutritivas para el pelo
♥ Para hidratar las puntas con el pelo seco
♥ Para afeitar las piernas
♥ Como desmaquillante
♥ Para hidratar las cutículas
...

¡No os lo podéis perder!



¡Un beso enorme a todos!
¡Feliz arranque de vacaciones a los que ya las estáis disfrutando!

Cómo hacer manteca y aceite de coco casero

19 enero 2012

Del coco, como del cerdo, no se tira nada. Hoy os muestro cómo he hecho una manteca de coco, un agua perfumada hidratante y un exfoliante con mis manitas... y sólo unos pocos ingredientes.

En realidad el objetivo era hacer manteca de coco y el resto de cositas salen como subproducto, de ahí que no tiremos nada.

La manteca de coco sirve como hidratante para pieles secas, para labios, manos agrietadas, narices costipadas, mascarilla de pelo (media hora y luego se lava), serum para las puntas, derretida en la bañera a lo aceites de baño, aftersun,... Y sobra decir que huele a coco que alimenta. Además la manteca de coco se puede usar como ingrediente en recetas de cremas hidratantes,... Pero eso será en otro capítulo de mis investigaciones cocinillas.

He grabado un vídeo con el paso a paso, por si te apetece verlo:



Ingredientes


El agua destilada puede sustituirse por la del grifo. Si queréis usar la destilada, la venden en garrafas en cualquier sitio, la mía es de Mercadona (estaba en los lineales de limpieza de la casa). En cuanto al coco uso el rallado que se usa en dulces. No encontré de marca blanca en Alcampo y cogí este (estaba donde los frutos secos, cerca de la  fruta-fruta), pero recuerdo que en Mercadona lo tenían donde las velas de cumpleaños y bases de tartas. Os pongo una foto más de cerca para que veáis a qué me refiero.

 

Antes de nada...

... hay que lavar con jabón, desinfectar con alcohol y aclarar con agua todo lo que vamos a usar: cucharas, tarritos, etc.

Paso a paso

Echamos en una cazuela tres cucharadas de ralladura de coco y un chorrete de agua destilada, no demasiada, lo suficiente para cubrir el coco. En la foto veis una cucharilla, pero en cucharadas (que lo veo una medida más estándar) son tres.


Os enseño más o menos la cantidad de agua inclinando el cazo.


Calentamos a fuego bajo hasta que hierva suave. Lo dejamos hervir unos cinco minutos. El agua tendrá un color blanquecino.


Colamos el agua en un tarro, a ser posible transparente. Estrujamos bien ayudándonos de una cuchara. La idea es que la ralladura salga bien sequita.


Si poseéis algún elemento de tortura (tipo exprime-ajos o exprime-patatas) ayudaros de él. Poned de todas formas el colador debajo por si se cuela la ralladura.


Como resultado de todo esto tenemos un montón de ralladura de coco seca, sin apenas aroma...


... y un tarro de cristal con el agüilla. Qué curioso, en lo que hemos estado colando y estrujando coco parece que la capa superior del agüilla se ha compactado sin llegar a estar dura del todo... ummmm...



Llevamos el tarro de cristal a la nevera. Allí debe permanecer un buen rato. En mi caso, no lo he medido, pero me ha dado tiempo a fregar los platos, hacer la cena, cenar, acabar de ver una peli, empezar a ver otra, cambiar de canal, poner el reality de turno (de veras que lo intento, pero es más fuerte que yo...) y escribir este post a falta de las fotillos finales. Pongamos... dos horas??


Mientras tanto también aprovechamos para hacer uno de nuestros subproductos: el exfoliante de ralladura de coco "deshidratada". Mezclamos la ralladura de coco estrujada con miel. No huele a coco porque el aroma se ha quedado en el tarro de cristal de la nevera, pero obtenemos un exfoliante suave y bastante hidratante para el cuerpo. Este producto no se pone malo, una vez leí que la miel y la canela es lo único que no se pudre y debe de ser verdad, porque nunca-nunca se me han puesto malos exfoliantes que he hecho basados en la miel.



Tras un par de horas voy a por el bote... La capa superior es sólida! Mirad cómo se sostiene una cucharilla:

 

Con una cuchara cogemos esa capa y la metemos en un tarrito: es nuestra manteca de coco! Su punto de fusión es a los 20ºC, pasados los cuales se ablanda hasta convertirse en aceite de coco. El aceite que nos sale es comestible, de hecho la manteca se puede usar en postres como por ejemplo para amasar hojaldres.


Aunque ahora viene el pero: la conservación. Una semana a temperatura ambiente y dos en la nevera. Pasado ese tiempo se enrancia. ¿Solución? Añadir tocoferol (Vitamina E).

He aplastado con la cucharilla para conseguir una superficie lisita y apretado contra la base e inclinado el bote para quitar alguna gota de agüilla que se había colado al sacar la manteca del bote de cristal. Con papel de cocina seco también la superficie, para quitar esa humedad de haber estado flotando sobre líquido.


Os enseño cómo se usa: se coge un poquito y se extiende. El calor del cuerpo derrite la manteca, la convierte en aceite de coco. Se absorbe rápido sin dejar sensación grasa pero a la vez hidratando muchísimo. Para las puntas del pelo habría que coger un pegote, calentarlo con los dedos y aplicarlo. Para mascarilla capilar yo lo derretiría al baño María y luego me lo echaría. Para los labios como si fuera una vaselina. Y así.


Pasamos al agüilla: es leche de coco. Si la hubiéramos hecho con agua de grifo o mineral se hubiera podido beber sin problema, añadir a batidos, masas, etc. (Nota: no es lo mismo que el agua de coco, que es la que hay dentro del coco cuando se parte). La leche de coco es buenísima por la energía que da, por ser remineralizante, diurética y por activar el intestino (traduciendo: tiene muchas calorías, grasas y como te pases te vas por la patilla, pero por lo demás, y en su justa medida, es buenísima).

Como yo la he hecho con agua destilada, no la puedo beber. Sin embargo voy a aprovechar las grasillas y el aroma que tiene metiéndola en un spray vacío que tenía. Y así tenemos un agua perfumada hidratante perfecto para después de la ducha y para hidratar el pelo tras lavarlo y poder desenredarlo mejor. Eso por no hablar del olorcito riquísimo que se queda... No es un olor empalagoso ni intenso, permanece pero es natural, sutil.

Y en cuento a conservación más de lo mismo: reducida. Mejor meter el spray en la nevera y consumir el agua en la semana, siempre fijándonos que no cambie de olor y demás.

De todas formas no nos van a salir grandes cantidades ni de manteca ni de leche de coco, por lo que no veo problema de conservación: seguro que lo gastamos. Y el exfoliante ya os he dicho que no tiene ese problema.

¡¡¡Qué ilusión enseñaros estas cosas!!! Me siento como una investigadora en un laboratorio, observando cómo las cosas hierven, solidifican, se transforman,... ¡Parece mágico! Como la otra vez con la crema de lecitina os animo a que la hagáis (sospecho que esto va a tener más éxito!)

¡Besos marujiles!

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