Cómo elegir un desodorante: ingredientes tóxicos a evitar

04 mayo 2018

En los siete años que llevo escribiendo este blog (¡siete!) he hablado muy poco sobre desodorantes, ingredientes a evitar en ellos, etc. Es un tema que me habéis pedido por activa y por pasiva y siempre lo he ido postponiendo porque sentía que nunca era suficiente lo que leía sobre el tema y, de alguna manera, sentía que podía decepcionar a muchos de los que buscárais entre estas líneas la Solución en mayúsculas. Pero ya no se puede seguir postponiendo más, así que allá van mis sugerencias sobre qué ingredientes evitar para elegir un buen desodorante. Primer post de una serie monográfica :D



ingredientes a evitar en los desodorantes



¿Por qué se necesita desodorante?


La sudoración es un proceso natural y necesario que permite que nuestro cuerpo mantenga una temperatura adecuada. Las glándulas sudoríparas segregan un líquido salado (el sudor) y cuando este llega a la superficie de la piel se evapora y disminuye la temperatura corporal. Evita que nos sobrecalentemos, como los electrodomésticos cuando llevan funcionando un tiempo. El sudor además permite que nuestro cuerpo elimine toxinas. El sudor se canaliza a través de las glándulas sudoríparas, que pueden ser de dos tipos: ecrinas y apocrinas.

Las glándulas ecrinas segregan un líquido incoloro e inodoro, no así las apocrinas. El líquido de las apocrinas es el que se degrada en contacto con las bacterias generando mal olor.

Aunque a todo le llamamos desodorante, los hay de un tipo especial que son los llamados antitranspirantes. Los antitranspirantes ponen su foco en bloquear la salida de sudor de las glándulas ecrinas. Los desodorantes propiamente dichos, como su palabra indica, se centran en prevenir el crecimiento de las bacterias que descomponen el líquido segregado por las glándulas apocrinas, para limitar en lo posible el mal olor. Lo hacen con ingredientes antibacterianos y fragancias para tapar el olor. De todos modos en la práctica unos y otros comparten ingredientes.

El sudor y su olor dependen de la persona y de muchos factores que pueden afectarle. La cantidad de humedad generada por el cuerpo dependen de la temperatura, la situación emocional, el sexo, incluso de las hormonas o de si se está padeciendo una enfermedad. Por su parte, el olor no tiene porqué ser sinónimo de mala higiene e influyen en él factores hormonales (por ejemplo el momento del ciclo de la mujer) o incluso de los alimentos ingeridos recientemente. Ahora bien, humedad y olor se convierten en problemas desde el momento en que socio-culturalmente no están bien vistos.

El que existan múltiples factores explicativos de la cantidad de humedad y del olor del sudor hacen que no exista un desodorante universalmente efectivo, sino que se trata de una búsqueda por prueba y error. En lo referido a los ingredientes de los desodorantes, los hay que están en el punto de mira de forma especialmente intensa, por lo que nuestra búsqueda pasa por un requisito: el de evitar ciertas sustancias que vemos a continuación.


La cuestión del aluminio en los desodorantes


Cuando me preguntáis por los desodorantes, en realidad lo habéis hecho motivados por la cuestión del aluminio. En concreto, por un ingrediente que de tanto oírlo en la tele nos lo hemos aprendido de memoria: el clorhidrato de aluminio. Dicen que algo tiene que ver con el cáncer de mama y el Alzheimer. ¿Se trata sólo de un bulo de internet? No, no es un bulo, es una historia que viene de largo basada en ciertos estudios médicos. ¿La investigación médica tiene estudios concluyentes y que establecen una relación causal directa entre el aluminio y enfermedades como el cáncer de mama y el Alzheimer? No, no los tiene. ¿Las investigaciones continúan y han detectado relaciones que van más allá de lo meramente casual? Sí, es así.

El problema de base no es el clorhidrato de aluminio sino el aluminio en sí. Por eso no sólo recomiendo evitar el clorhidrato de aluminio sino también las famosas piedras de mineral de alumbre, que se han vendido como la alternativa "natural" a los desodorantes comerciales tradicionales. Y esto es porque al aplicarlas mojadas liberan, adivina, aluminio.

Desgraciadamente, uno de los ingredientes más frecuentes en los desodorantes (sobre todo en los llamados anti transpirantes) son las sales de aluminio, como el clorhidrato de aluminio. Y digo "desgraciadamente" porque está bajo seria sospecha desde el punto de vista de la salud aun siendo de lo más eficaz contra el sudor.

Cuando digo "seria sospecha" no me refiero a bulos de blogs, revistas o asociaciones de consumidores, sino a la investigación biológica/médica. Existen estudios que han puesto sobre aviso de una presencia anormal de aluminio en personas enfermas de Alzheimer o cáncer de mama. Pero con la información disponible, por ahora no se puede establecer una relación directa causal entre dicha sustancia y las enfermedades mencionadas.

Esto es como si atracan un banco varias veces y Pepe, qué curioso, está siempre ahí. Lo mismo Pepe no ha sido, pero, qué casualidad más rara, hay que investigarle. Y de hecho es un tema que se sigue investigando.

Estas sospechas vienen de lejos. Ya en 1997, la OMS hablaba de correlaciones (es un término estadístico que indica relación) positivas (que cuando uno crece el otro también) entre el aluminio de las aguas de consumo y el Alzheimer (se puede ver en la monografía sobre el aluminio de la serie Criterios de Salud Ambiental que publicó la OMS por aquel entonces). Sin embargo, aunque la relación se daba en animales no quedaba clara en humanos.

El estudio al que más veces se ha hecho referencia al hablar de desodorantes es aquel que puso en relación el aluminio con el cáncer de mama, realizado por la universidad de Keele en 2007 (Staffordshire, UK), en concreto por el centro Birchell que le pertenece y se especializa en investigación sobre los efectos del aluminio y el sílice en seres vivos. Este centro publicó los resultados de una investigación en el número 101 de la revista Journal of Inorganic Biochemistry. Analizaron muestras de tejido mamario procedente de mastectomías practicadas a 17 enfermas de cáncer de mama. En ellas encontraron aluminio, en el cuadrante más cercano a la axila, que es donde se aplica normalmente el desodorante.

Algo similar sucedió al analizar el mismo instituto tejido cerebral de donantes fallecidos con Alzheimer. El aluminio habría llegado al cerebro a través del torrente sanguíneo. Teorías hay muchas: que el aluminio procediera de la alimentación, el agua, los cosméticos, que lo generara la propia enfermedad, que tuviera que ver o no con la enfermedad y de hacerlo con qué papel,...

Los estudios siguen adelante y como decía antes, por ahora no hay nada concluyente ni se ha establecido una relación de tipo causal. Algunos de esos estudios son de cohorte, en los que se necesita hacer seguimiento durante largos años a poblaciones numerosas, unas expuestas al producto cuestionado y otras no. No es algo rápido.

Mientras tanto, queda en nuestra mano decidir si seguimos usando cosméticos que contengan aluminio o no. En la duda personalmente opto por la prudencia, eliminando en lo posible este ingrediente de los cosméticos, lo mismo que procuro no usar papel de aluminio en la cocina. Es especialmente desaconsejable usarlo con alimentos ácidos (por debajo de un pH de 4,5, para que te hagas una idea el limón tiene un pH de 2) ni con alimentos muy salados. En estas circunstancias se libera aluminio, que pasa al alimento.

Por supuesto la clave está en la acumulación. Me dirán que no es para tanto la cantidad de aluminio de un desodorante o el que pasa al pescado si lo cocinamos al papillote con limón. La cuestión está en las veces que repetimos el gesto. Y en el caso del desodorante, la frecuencia de aplicación es diaria, una aplicación que además se produce siempre en el mismo sitio. En todo caso lo del papillote, mucho o poco, sigue siendo mala idea.

Los oncólogos suelen recomendar a sus pacientes dejar de usar este tipo de desodorantes y de consumir azúcar. Alguien me dirá que la primera recomendación hoy por hoy no está basada en un resultado concluyente y es cierto. Llámale entonces duda razonable, llámale sospecha, como quieras, pero sin el estudio concluyente en la mano pero con el corazón en la otra mano es lo que te recomiendan. Es así.


Los conservantes de los desodorantes


Al igual que sucede con el aluminio, un tipo de conservantes, los parabenos, están bajo el punto de mira por su relación con el cáncer de mama, por lo que en los últimos años han dejado de utilizarse bastante en cosméticos en general y en los desodorantes en particular. Sin embargo, hay que tener cuidado con qué otros conservantes se han sustituido.

Es el caso del triclosán. Ahora lo veo menos entre los ingredientes pero hace unos años era bastante frecuente encontrar triclosán en los desodorantes (y en otros productos como jabones, colutorios, pasta de dientes, productos antiacné,...) Es un antibacteriano y fungicida que sin embargo figura en las listas de disruptores endocrinos (además de ser dañino para el medio ambiente). En 2015 la Unión Europea puso límites al triclosán en cosmética (máximo de un 0,3% de la fórmula, 0,2% en el caso de los colutorios y prohibido su uso en todos los productos que no formaran parte de una lista muy limitada).

Otro conservante con el que habría que estar alerta es con el phenoxyethanol. Hablé sobre este bactericida en el post sobre productos para bebés que no deberían utilizar. Está relacionado con problemas de los órganos reproductivos y la UE llama la atención sobre todo en su uso en el área del pañal de los bebés, recomendando no utilizarlo en menores de 3 años. El límite de este ingrediente en desodorantes es del 1% de la fórmula. Aunque aparentemente parece que no hay mucha relación entre órganos reproductivos, bebés y desodorantes, en lo personal prefiero evitarlo en lo posible. En Japón es un ingrediente prohibido.

Por último, un conservante de nombre imposible y que ha sido ampliamente utilizado como sustituto de los parabenos: la methylisothiazolinona. Cuidado con él si tienes tendencia a reacciones alérgicas o piel sensible.

No es un conservante, pero lo añado en este apartado: trata de evitar también el BHT, abreviatura del butilhidroxitolueno. El BHT es un antioxidante sintético, sí, como la vitamina E sólo que derivado del petróleo, más baratito y, de paso, bastante controvertido. Llevan desde los años '70 experimentando con él (bueno, y con varios miles de ratones) y con otro antioxidante, el BHA (en alimentación suelen ir juntos), para determinar si potencian o no la actividad cancerígena de las células. Y hay estudios que apoyan tanto los dos bandos como la escala de grises de entre medias. La tendencia es usarlos cada vez menos y hay países (de nuevo menciono a Japón) que lo han prohibido. ¿Mi opinión? El margen en cosmética es tan alto, pero tan alto, que podrían perfectamente emplear un centimillo más en vitamina E...


Otros ingredientes a evitar


Aunque los parabenos y las sales de aluminio son los ingredientes a evitar en los desodorantes más famosos, creo que hoy en día existen bastantes alternativas para escaquearse de ellos. Más difícil resulta eludir los PEG y PPG que abundan como hierba mala.

El problema de los PEG y PPG es que como efecto colateral incrementan la absorción de los ingredientes en la piel. Os recomiendo evitarlos, sobre todo si las fórmulas no son tan limpias o si contienen ingredientes basados en aluminio como hemos visto. Suponen un auténtico tobogán del resto de ingredientes del producto al interior de la piel. Por no hablar de que son ingredientes cosméticos que en su proceso de fabricación pueden resultar contaminados con sustancias tóxicas.


Otra recomendación


Si no tienes forma de evitar usar clorhidrato de aluminio, Potassium Alum o Ammonium Alum te recomiendo que no lo hagas en pieles dañadas, recién depiladas o rasuradas, porque esto supone un camino libre al aluminio.




Menudo panorama. De un plumazo nos hemos cargado los desodorantes tradicionales y el que parecía la mejor alternativa, el mineral de alumbre. ¿Encontraremos desodorantes que sean efectivos y que no tengan estos ingredientes malignos? ¡Manos a la obra!

No te pierdas los siguientes posts del blog: se avecina una tanda monográfica sobre desodorantes. Iré dejando los links aquí debajo.

11 comentarios:

  1. Qué currada te has pegado! Me encanta el post, yo hasta hoy he venido usando el mineral de alumbre en invierno, y en verano me resultaba insuficiente su efecto y me preparaba el desodorante yo. Pues nada, todo el año a usar desodorante casero.
    Muchas gracias por toda la información que nos has facilitado. Un gran abrazo!

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  2. Gracias por estos post! Te quería sugerir que después de los de los desodorantes hablaras sobre cremas solares (tanto faciales como corporales)ahora que llega el tiempo crítico. Gracias!

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  3. Hola!!! Yo no me apaño bien con los componentes y los invitados ¿podrías recomendar alguna marca de desodorante másimpio o saludable? Yo llevo años usando la piedra de alumbre pero francamente, en breve, tras leerte van a ir a la basura,pero no sé qué desodorante usar! Gracias de antemano.

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  4. Hola! ¿Podrías recomendar alguna marca de desodorante? Yo llevo años usando la piedra de alumbre, ahora irán a la basura pero ¿Con qué lo sustituyó? Gracias de antemano!

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  5. Increíble post! Es cierto que va bien el aceite de coco como desodorante? Gracias

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  6. Es muy difícil encontrar un desodorante adecuado, yo no hago más que cambiar de uno a otro y lo peor es que tengo el sudor fuerte y no puedo ir a lo "natural". A ver si leyendo sobre esto me aclaro. Gracias por la info

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  7. Suelo evitar todos los ingredientes que nombras en mis productos de higiene y tratamiento.
    Me ha encantado el post.
    ¡Un beso!

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  8. He probado muchos y ninguno me ha ido bien, son muy flojos y eso que no soy de sudar mucho. Este invierno he encontrado uno que me funciona, el de lidl sin aluminio, pero veremos que pasa cuando llegue el calor.

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  9. Mil gracias por este post. Pedazo de post! Gracias por ayudarnos!
    Mariola.

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  10. Muchas gracias por este y otros tipos d post, haces una gran labor, y ya va siendo hora de “despertar” de estos engaños a los demás, un 10!!

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  11. Yo llevo años evitando aluminio y alcohol en mis desodorantes, pero es muy complicado...

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