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Cartas a la directora: a vueltas con el pH.

18 marzo 2015

Siento haber traspapelado el mail del que os hablo hoy. Espero que no se moleste el lector que me lo envió si le contesto en público. De todos modos creo que es muy interesante el tema que propone: daltonismo y pH.


Pregunta
Soy daltónico. ¿Hay algún otro método aparte de las tiras de pH para medirlo?



Respuesta

Podéis leer más sobre el pH en un post que escribí hace tiempo. Resumiendo, al hacer cosméticos en casa recurrimos a unas bandas "de papel" para medir el pH. Se insertan en el preparado, se espera unos segundos y se extraen. En un extremo de las bandas hay unos cuadraditos de colores que en contacto con el producto han cambiado de color. Ese "código de colores" se compara con una guía de colores: así identificaremos el pH y procederemos a su ajuste.


Entonces, ¿qué más da que seas daltónico? Posiblemente veas como rosa lo que "oficialmente" es verde (¿azul con blanco o dorado y beige?) pero como compararás con algo que también veas rosa, da igual.

La segunda parte de la pregunta es más compleja. Sí, existen otros métodos para la medición del pH. En las tiendas de jardinería, o de acuarios de peces venden kits de medición de pH. Pero para el caso que nos ocupa, el de hacer cosméticos en casa, el método más adecuado es el de las bandas de pH. En los laboratorios se tira de unos aparatos llamados peachímetros o "pHímetros".


Los peachímetros se venden con un kit para calibrarlos: dos soluciones, una ácida, otra básica, que sirven para "enseñarle" al cacharrito. Ahora, que la broma cuesta unos 60-70 euros o más. Definitivamente, se reservan para uso profesional.


Y ahora que lo pienso...

Hablando de pH... Hace siglos os dije que tenía que mostraros un experimento casero sobre el pH... Necesito una cosita, en el Carrefour no la he visto, a ver si en el Mercadona... Y os lo hago.

Algo que tiene que ver con los famosos pintalabios marroquíes, con por qué cambian de color según el labio. Algo que me encantaría que me hubieran enseñado de pequeña en el cole en lugar de hacer cuadernos de caligrafía demoníacos.

Mientras tanto, un abrazo a todos,
¡en especial a ese lector del que extravié su mail! ¡No te enfades!

Cartas a la directora III. Publicidad en los blogs.

29 octubre 2013

¡Buenos días a todos!

Hace unos días Anónimo me dejó un comentario que no quería dejar sin contestar, ya que toca un par de temas espinosos que considero de interés para todos los que tenemos un blog.

¿Poner publicidad en un blog es deshonesto para con los seguidores?

Este es el comentario de marras:
más que ego-blog el tuyo deberia llamarse dolar-blog o euro-blog (si es que adsense te paga en euros), no le cuentes a la gente que lo haces por compartir y blablabla porque esa trola no se la cree nadie, ni tú ni todos los bloggers que ponen publicidad en su blog, porque en última instancia lo único que queréis es lucraros a costa de vuestros seguidores, verdad tia Maruja? si tuvieras un minimo de honestidad quitarias esa publicidad que no pinta nada ahí o es que tan poco te pagan en tu trabajo? Att: un navegante que pasaba por aqui PD: yo tengo un blog con adsense y lo hago 1º porque me gusta, 2º para lucrarme, pero no pido a nadie que me vote, las cosas claras!!! 
Efectivamente, hace unos meses me registré en Adsense, un sistema por el que Google coloca publicidad, en este caso en mi blog, a cambio de una compensación económica. El blog recibe dinero por dos vías: por la gente que hace clic en el anuncio y por el número de visitas, ya que se entiende que implica un mayor visionado del anuncio. Ni a unos ni a otros les cuesta nada hacer clic o visitar el blog, pero tanto unos como otros “suman”.


Sin embargo, y Anónimo estará de acuerdo conmigo, ya que también es usuario de Adsense, de ahí a lucrarse hay un trecho, a pesar de que eche en cara el lucro. Os doy cifras: LTM se lucró en el mes de Septiembre de 2013 con 5,40 euros y lleva lucrándose en lo que llevamos de mes con 4,37 euros. Ojo: no al día, sino en todo el mes. Pongamos 5 euros de media al mes, lo que supone un lucro de 60 euros anuales, que se someterán en su momento a IRPF y demás impuestos, suponiendo un beneficio después de impuestos de… pongamos 40 euros. Al año.

Siento decirte, Anónimo, que dicho lucro no proviene de mis seguidores sino de las visitas. Más que nada porque el blog tiene 125 veces más visitas y 53 veces más visitantes que seguidores.

La luna cabe 50 veces en la Tierra. Por dar una idea de las dimensiones.


Además, cuando uno se lucra “a costa de” significa que lo hace dentro de un juego gana-pierde. Ese cuadradito publicitario que tengo en el lateral derecho del blog no le quita nada a nadie.

Me lucro en menos de un euro por post. Tardo en escribir cada uno una media de tres horas (texto+fotos+tratamiento de imágenes), lo que supone algo así como lucrarse en 33 céntimos a la hora. Salgo a precio niño en fábrica de Nike. Ok, posiblemente gane algo más que ellos. ¿Eso es lucro? No, señores. Un economista lo llamaría hacer el canelo. Un periodista, hacer el imbécil.

Para eso, diréis, mejor no poner publicidad, ¿no? Pero a mí me sirve para financiar el dominio, servidores y demás a los que este blog está asociado, www.latiamaruja.com . Ni más, ni menos.

Mi blog se escribe desde dos ordenadores: uno prestado y otro cuyo ventilador es la banda sonora del purgatorio. Efectivamente, no gano tanto en mi trabajo. Anónimo: ganar poco en el trabajo es un argumento sensible hoy en día. 40 euros para mí suponen un par de compras semanales. No soy Paula Echevarría: que el blog autofinancie el dominio entra dentro de lo lógico y razonable.

Ese cuadradito que tengo en el lateral no supone una publicidad excesiva. No tengo la barra lateral plagada de anuncios y patrocinadores. ¿Molesta? No creo. En todo caso deberían ser los asiduos al blog y no los visitantes anónimos los que juzgaran la molestia. Ok, puede que moleste. Pero no creo que exceda los límites de lo tolerable. Basta con posar la vista en el 95% de la pantalla, no en ese 5%.

Escribo porque me gusta escribir. Es mi hobby. Otros hacen ganchillo. Me entretiene. Me ha hecho conocer gente maja. Y me está abriendo las puertas a seguir escribiendo en otros medios. Si salen bien las cosas, y editor mediante, os hablaré de ello a su tiempo.

Antes de pasar al siguiente tema querría hacer una reflexión. Creo que una de las diferencias que hay entre los blogs americanos y los europeos es cómo bloggers y lectores viven la publicidad. Aquí uno tiene un blog y está mal visto poner publicidad. Enseguida los Anónimos se sienten atacados, ofendidos. Parece que no sólo nos cuesta hablar de dinero sino que además buscarlo es deshonesto. En EE.UU. se ve normal monetizar un blog, se entiende que es una recompensa al esfuerzo de escribirlo. Incluso hay quien pone un botón para recibir donativos. A mí no me parece mala idea. Yo misma en muchas ocasiones hubiera mandado un eurillo de agradecimiento a los autores de determinados posts que me han ayudado enormemente. Incluso (¡cuánta deshonestidad!) a alguno le hubiera mandado algo más para que se tomara un caña-pincho a mi salud.


Sobre lo de compartir. En este punto hay algo que no entiendo. Hasta hace poco hacía unas lentejas que daban pena por no decir asco. Un buen día, mi compañera de táper me pasó un papel en el que había apuntado paso a paso cómo las hace ella. A partir de entonces hago unas lentejas decentes. E incluso algunos días diría que me salen bien.


Mi compañera compartió su receta conmigo a través de un papel manuscrito (tinta bic azul y esquinas arrugadas de jugar con ellas). Creo que todos estamos de acuerdo: compartió algo altruistamente. Si lo hubiera hecho a través de otro canal, pongamos… un blog, según Anónimo no estaría compartiendo sino que el bloguero sería alguien… espera, que copio y pego:
no le cuentes a la gente que lo haces por compartir y blablabla porque esa trola no se la cree nadie
Aaaaaah, ya. Trolera, además de deshonesta.

Posiblemente Anónimo sea una Paula Echevarría con miles de seguidores, visitas, publicidad en el menú lateral y que se esté lucrando de verdad (a costa, eso sí, del Espíritu Santo, no de sus visitas y menos de sus seguidores), ganando no 40 euros al año sino al día, quizá 60 euros si no los declara a Hacienda, lo que le probablemente le dé para pagar una hipoteca en Japón (conozco un caso, hasta ahora pensaba que único pero veo que soy yo la que no sé hacerlo).

En ese caso, oh Anónimo gurú del SEO, del SEM, del Analytics y el Adsense, comparte no conmigo, que aunque mal pagado tengo un trabajo (al menos hasta el final de esta semana), sino con tus miles de seguidores y visitantes tu inagotable sabiduría (la financiera, no la ortográfica).

En realidad, lo que le ha molestado a Anónimo es que además de tener publicidad en el blog pida el voto para los premios Bitácoras, en los que participo (lo mismo que estará participando él. De hecho quizá ya esté entre los cinco primeros puestos de alguna lista de nivel, no en la de "Belleza y Moda", dónde va a parar).

Los premios Bitácoras se ganan por votación popular. Blog más famoso, blog más votado. Y repito: no soy Paula Echevarría. Mi blog, os lo adelanto en exclusiva, no va a ganar. Ni los blogs a los que voto, las cosas claras. ¿Tan deshonesto es comentar por Facebook o en un post que existen estos premios y que podéis votar a vuestros favoritos?


No, Anónimo, no. La gente deshonesta no comparte recetas de lentejas en un papel, ni siquiera lo es la que lo hace en un blog. Tampoco lo es la gente que anima a que se le vote, si así lo cree oportuno el votante, simplemente porque le hace ilusión. No es deshonesto ser pobre, tampoco lo es ser rico. Tampoco, fíjate, sería deshonesto lucrarse gracias a un blog. Si alguien lo consigue, chapó.

Deshonesto es robar. Deshonesto es mentir. Deshonesto es prometer hasta meter. A mí todo eso se me queda grande.
Yo sólo soy una simple blogger. Take it easy.

¡Besos marujiles!

Cartas a la directora (II). La deep web.

16 agosto 2013

Hace unos días Anónimo me dejó un comentario a la entrada sobre Support Real que no venía al caso con el post.


Un comentario que, aunque no lo preguntaba directamente, daba por hecho que poseo una serie de conocimientos... que no tengo. En este "Cartas a la Directora" le doy respuesta y dejaré clara la respuesta a la pregunta:

¿La tía Maruja es una friki hacker?

Aficionada

El comentario era:
"hola por que no entras a la deep web y nos haces un tutorial gracias"
La tía Maruja -> O.o

Que me digan que haga un tutorial para hacer un asao, una manicura o un potingue, pero ¿¿¿¡¡¡para entrar a la deep web!!!???

Un momento, tía Maruja, ¿qué es la deep web?

De un iceberg vemos sólo la punta pero bajo el agua, invisible, se esconde una masa muchísimo más grande de hielo: lo mismo pasa con internet. Nos parece increíble la cantidad de páginas web, de vídeos, de música, fotos,... que podemos visitar. Cada día descubrimos algo nuevo y no bastarían 100 vidas para visitarlo todo.

Imagen refrescante en este caluroso Agosto :D

Pues bien: además de ese internet visible existe un internet invisible, al que es difícil acceder: la deep web. Esa información ocuparía unos 91.000 terabites (aquí). Parte de esa deep web posibilita la existencia del internet visible, ya que contendría, por ejemplo, las grandes bases de datos: datos personales, cuentas, información confidencial,... Por ejemplo. Porque otra parte de la deep web no es necesaria para la existencia del internet visible, sino que recoge otro tipo de información. De esa que no debería circular ni existir. Por todo ello en algunos países está prohibido que alguien acceda a la deep web. Ahí tenemos a los hackers de wikileaks y demás.

Se dice, se rumorea, que en la deep web los virus informáticos campan a sus anchas, por lo que habría que entrar forrado de antivirus y firewalls. Que es importante evitar que puedan rastrearte, por lo que mejor usar IP dinámica.

No sé si recordáis las primeras veces que entrasteis en internet. Aunque en casa de mis padres siempre hubo un ordenador (por su profesión), y yo misma aprendí a leer sobre la pantalla de uno, nunca había entrado en internet hasta mi adolescencia.

Recuerdo esa primera vez perfectamente: el cibercafé, el grupo de amigas, el refresco y el bote de dinero que hacíamos para tener acceso a internet durante una hora. Y recuerdo la sensación de estar haciendo el idiota, porque en aquella época la amiga más avanzada en estos temas se sabía nada más que una dirección "www.terra.es" y ni Google ni nada. Y claro, sin saber direcciones una no buscaba y como no buscaba no encontraba nada.

Lo mismo pasa en la deep web. Sus direcciones no son rastreadas por ningún buscador, es por eso que son invisibles. Para "facilitar las cosas", son combinaciones de números y letras. En lugar de ser ".es", ".com", ".net",... son, curiosamente, ".onion".

Y eso es lo único que une a la tía Maruja con la deep web: las .onion que voy a picar y pochar en un rato para hacerme la comida.

Lo siento, querido Anónimo: no puedo hacerte el tutorial de algo de lo que desconocía su existencia hasta hace unos días. Pero te agradezco mucho que me hayas hecho investigar y tener curiosidad por algo nuevo :D

Y vosotros... ¿recordáis vuestras primeras veces en internet
(en este o en el deep o en el que sea)?

¡Besos marujiles!

Cartas a la directora (I).

08 agosto 2013



Inauguro sección para dar respuesta a algunos mails que me llegan al correo y comentarios. Llevo bastante retraso con ellos, pero poco a poco iré dándoles respuesta.


En este caso os traigo… una acusación de plagio.

¿La tía Maruja plagiadora?


"¡Movida, movida!"

Se trata de un comentario al post del 19 de enero de 2012 titulado “Cómo hacer manteca y aceite de coco casero”, que podéis leer aquí. Por privacidad oculto del texto el nombre del remitente.


“Esta receta es original del canal xxxx en Youtube, esta receta no existía en ningún blog hasta que xxxx ha grabado como poder realizar la manteca de cacao. Espero que no sigas copiando en tu blog las recetas de otras personas.”


Evidentemente no se refiere a la manteca de cacao sino a la de coco (un lapsus lo tiene cualquiera). Disculpad la falta de ortografía del que debiera ser un “cómo”, pero he querido copiar el mensaje tal cual.



Efectivamente, dicho canal de Youtube hizo un vídeo sobre el tema allá por 2011. Pero yo no aprendí a hacer manteca de coco con él sino gracias a un post de un foro italiano que data de 4 (cuatro) años antes: de principios de 2007 (aquí). En cuatro años da tiempo a preñarte, criar un hijo y cebar unos cuantos cerdos, como se suele decir.




A todos los que os interesan estos temas de cosmética DIY os recomiendo encarecidamente el foro de "L’angolo di Lola" (aquí). Pocas veces se encuentra en un único sitio tanto saber en temas de cosmética DIY, tanto compartirlo altruistamente, tanta pasión por una afición en principio minoritaria. Ya no sólo por lo extenso sino también por la profundidad del conocimiento que recoge y la amabilidad y humildad de sus foreras (las autonombradas “loline”).



Por tanto, volviendo al tema, en 2011 no se inventó nada novedoso. Tampoco creo que se inventara nada novedoso en ese post de 2007, ya que el procedimiento que os mostraba es para los amantes de la cosmética DIY (al menos para los que tenemos relación con los “spignattatori” italianos, que así nos autodenominamos) el equivalente a saber freír un huevo un cocinero. Se trata de un conocimiento curioso para el pagano, pero tan básico que no se puede reclamar la autoría original del mismo. Y por tanto, no se puede acusar a nadie de plagiar nada.



¿Has inventado tú el freír un huevo? Pues yo tampoco. Pero eso sí: háganle un monumento al anónimo que lo inventó y al que aún sin haberlo inventado los fría bien.



Hacer manteca de coco (aquí), hacer jabón (aquí y aquí), hacer gel de ácido hialurónico (aquí), gel de semillas de lino (aquí),… son procedimientos básicos que nadie puede reclamar como propios. Pasan de padres a hijos, de aficionados a aficionados. En cambio, sí se puede reclamar la autoría de una fórmula cosmética de elaboración propia o de un procedimiento que realmente sean originales de uno (propiedad intelectual, propiedad industrial,...) Por eso menciono que las barritas de limpieza de Lisa Lise son de Lisa Lise (aquí). Y por eso no menciono la autoría de mi crema hidratante (aquí), porque la he formulado…yo.



Aclaradas estas cuestiones sobre la autoría, una última reflexión. Como siempre digo, no hay tarea más noble que la de enseñar y compartir el poco conocimiento que uno tiene. Incluso cuando éste es muuuuuy poco. Altruistamente. Sin traducirlo mentalmente en visitas, seguidores, dinero, fama, etc. Sobre todo cuando ese conocimiento puede mejorar la calidad vida de los demás. Porque es el conocimiento el que pintará una sonrisa en la cara de la gente cuando nosotros ya no estemos aquí para compartirlo.

¡Besos marujiles!



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