Mi lacito rojo

Hoy estoy orgullosa de mí misma. Os cuento por qué.

El otro día, con motivo del día mundial del SIDA, se leyeron por aquí algunos posts sobre el tema. Me llamó la atención el de uno de nuestros chicos favoritos, The Thin White Duke Brushes (que hizo como colaboración en la web de Lorituela, lo podéis leer aquí), en el que comentaba lo siguiente:

"Del 30% al 40% de los casos de VIH que se detectan, son detectados tarde."

(jate tú)

Hay que ver, tanta gente sin estar enterada de que tiene eso pululando por la calle. Y que cuando se entera, se entera tarde.

Y entonces pensé que muy bien eso de ponerse el lacito rojo y tal, pero que si no actuamos no podremos bajar ese porcentaje. Y como yo me tomo las cosas de forma muy personal, he decidido hacerme las pruebas de las ETS.

En qué consisten las ETS.

Las ETS son las Enfermedades de Transmisión Sexual. Hay ciento y la madre, desgraciadamente, no sólo SIDA. Se llaman así porque una de sus vías de contagio es por vía sexual, pero en realidad se pueden pillar de otras formas: transfusiones de sangre, pruebas médicas,... Sí, lo sé, pocos médicos lo reconocerán, pero yo ya conozco en persona tres casos en los que pruebas o actuaciones médicas han contagiado de dos ETS y una enfermedad tropical (y el pobre hombre os aseguro que no había estado en Mozambique en su vida). Así que hasta una monja (entre las que me incluyo yo, por supuesto) (juasjuas) está expuesta a estas movidas.

En qué consiste la prueba que me voy a hacer.

He ido a mi cita con la ginecóloga, que me ha revisado el aparato sexuarrrr y la pechonalidad tan impactante que tengo. Me ha mandado unos análisis de sangre de rutina y aprovechando ha puesto que me miren el colesterol y las ETS. Así de sencillo. En el mismo pinchazo en el que te miran el colesterol te miran lo otro y tan pichi.

Duda: ¿Se pasa vergüenza pidiendo que te las hagan?

Yo, inexperta en esto, tenía mis reticencias. Pues bien, la respuesta es NO. La gine no me ha pedido explicaciones, no me ha mirado raro, no me he sentido mal, no me ha dicho nada ofensivo, no ha pensado que soy una guarra/cualquiera/pilingui. NO. Me lo ha escrito como algo rutinario y NORMAL. Lo mismo que escribía que me miraran el colesterol me escribió que también miraran las ETS. Una sonrisa y que tenga buenas tardes. Y después me he sentido hasta orgullosa de quererme tanto y de preocuparme tanto por mi salud y la de quienes me rodean.

Duda: Y tu pareja, ¿pensará que eres una guarra/cualquiera/pilingui?

Vuestra tía Maruja lo habló con su churri. Se sorprendió. Pero atención: no se sorprendió de que me fuera a hacer las pruebas, sino de que no me las hubiera hecho nunca!!! Me dijo que él se las suele hacer porque las ETS se pueden pillar en cualquier parte (no sólo sexualmente, que él es un santo y yo una monja, ya os lo he dicho) y que él valora mucho su salud, la mía y la de su gente. Y me echó la bronca por no habérmelas hecho nunca. Sí, es adorable.

Conclusión

Si queremos que bajen esos porcentajes del SIDA y demás ETS no sólo hay que concienciarse y solidarizarse sino ACTUAR. Hay que saber que cualquiera estamos expuestos a esto y que podríamos ser uno de los que pululan por la calle sin saber que tenemos noséqué. Podríamos formar parte de ese 40% de personas con SIDA que no saben que tienen SIDA hasta tarde. O podríamos tener cualquier otra ETS, por supuesto, y seguir pululando por la vida a lo kamikaze. Podríamos, en ese caso, estar poniendo en peligro nuestra salud y la de aquellos que nos rodean. Y por qué? Por evitar un simple pinchazo? Qué tontería, no???!!!

Os cuento mi experiencia para realmente animaros a hacerlo y a tener este gesto de cariño hacia uno/a mismo/a. Que veáis que es una cosa muy normal. Aprovechad vuestra próxima visita al gine o al médico de cabecera para que en el análisis de sangre os incluyan las pruebas de ETS. Realmente podemos actuar y no sólo oír impotentes las noticias.

La acción es el verdadero lacito rojo.

¡Besos marujiles!